dimecres, 19 de març del 2014

Periodismo bajo las bombas

Heraldo de Madrid se publicó hasta el 27 de marzo de 1939. Los periodistas y los trabajadores de talleres y administración del periódico aguantaron las duras condiciones del Madrid sitiado por los franquistas.
En noviembre de 1936, la ofensiva fascista fue especialmente virulenta y la ciudad estuvo a punto de caer. El general Miaja y las Brigadas Internacionales fueron decisivos en aquellos días.
Pero los madrileños sufieron un diluvio de bombas y el edificio de Heraldo de Madrid, en la céntrica calle Marqués de Cubas, recibió el impacto de un obús. En aquellos días, el general Yagüe pronunció su amenaza: "lo primero que haré al entrar en Madrid será cortarle la cabeza al director de Heraldo de Madrid".
Los daños que se produjeron no impidieron la salida del periódico. La portada adjunta refleja la precariedad con la que la gente del Heraldo consiguió comunicar a sus lectores la noticia de su propio sufrimiento.
A raíz de estos hechos se construyó un refugio en el mismo edificio donde se podrían guarecer los empleados durante los bombardeos.
A lo largo de los 3 años de guerra, se produjeron diversas muertes y heridos entre el colectivo de trabajadores que participaron en la guerra. El primero fue Manuel Fernández Álvarez, Alvar, caído en el frente del Guadarrama cuando participaba en un combate junto a sus compañeros de las Milicias de la prensa. El último, el hijo de Manuel Fontdevila, fusilado por ser el hijo del director de Heraldo de Madrid.

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