dijous, 12 de setembre del 2013

Heraldo de Madrid y la censura de Primo de Rivera

El 13 de septiembre de 1923, ahora se cumplen 90 años, el capitán general de Barcelona, Miguel Primo de Rivera, dictaba un bando promulgando el estado de guerra y declaraba derogado el gobierno. Se iniciaba así una dictadura que contaría con el beneplácito del monarca Alfonso XIII.
Una de las primeras medidas del dictador fue la imposición de la censura previa a la prensa. Todos los textos debían pasar por la sede de la censura de Madrid o las capitanías generales de cada capital para ser supervisiados y, muy a menudo, mutilados.
Se inició allí una incruenta batalla entre periodistas y censores para hacer llegar la información al público. Los redactores de Heraldo de Madrid consiguieron los más sonoros éxitos en el arte de burlar a la censura, según reconoció el propio jefe censor, Celedonio de la Iglesia, en un libro de memorias publicado años más tarde.
El caso más arquetípico fue el de la Caoba, una bailarina de flamenco amante de Primo de Rivera y que tenía relaciones con los bajos fondos madrileños. Una hermana suya cayó presa por tráfico de drogas y fue llevada ante el juez por la policía. El magistrado, sin embargo, recibió el recado del general Primo de Rivera de que dejara en libertad a la imputada. El hombre, atormentado por la intrusión gubernamental en el trabajo de la justicia, hizo saber el hecho a la redacción de Heraldo de Madrid. El tema no podía darse abiertamente a causa de la censura, por lo que se decició disfrazarlo situando los hechos en Bulgaria. Así se publicó el 5 de enero de 1924 armando un gran revuelo, pues el rumor ya circulaba y los lectores supieron descodificar el mensaje. El caso llegó a la tribuna del Ateneo de Madrid, donde Rodrigo Soriano denunció la intromisión del general. Había en el país otro orador que retaba al régimen dictatorial, don Miguel de Unamuno. Pues bien, Soriano y Unamuno fueron deportados a Fuerteventura, desde donde pasarían a París y vivirían el exilio. Heraldo de Madrid seguiría peleando por la libertad informativa con gran entereza en los años siguientes.

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