dimecres, 30 d’abril del 2014

El primero de mayo en Heraldo de Madrid

Habían pasado apenas 15 días desde la proclamación de la República en 1931 cuando llegó el primero de mayo, día del trabajo. Heraldo de Madrid se publicaba por la tarde y cubrió ampliamente los hechos del día en páginas interiores. En la portada incluyó una ilustración de gran tamaño y totalmente centrada, como queriendo realzar la prioridad que se le daba. La crónica de las manifestaciones destacó el ambiente apacible y masivo de los actos que tuvieron lugar en Madrid. Tanta aglomeración dificultó el desarrollo de la manifestación central, que transcurrió por el paseo de recoletos y la Castellana. El inicio se marcó con el disparo de varios cohetes y el mayor atasco se produjo en los alrededores de la fuente de Cibeles. Al frente de la manifestación caminaba nada menos que don Miguel de Unamuno, flanqueado por el ministro de Trabajo, Francisco largo Caballero, y por el de Hacienda, Indalecio Prieto. Una amplia delegación internacional figuraba también en las primeras filas. El manifiesto que se entregó a la presidencia de la República contenía la ratificación sin reservas de la jornada de 8 horas, la promoción del trabajo y medidas como la construcción de casas baratas y seguros sociales. La información también recogía el desarrollo de las manifestaciones de Barcelona y Bilbao, donde se produjeron incidentes con un muerto y diversos heridos en la capital catalana, que el diario atribuyó a elementos anarquistas y comunistas.
La simpatía de Heraldo de Madrid por la causa de los trabajadores se remonta a sus inicios. La primera manifestación del primero de mayo se realizó en 1890. En octubre de ese año se publicaba por primera vez el periódico y en mayo de 1891 dio el tono de su sensibilidad social con un ejemplar casi monográfico. En la primera página se publicaban artículos de fondo sobre la llamada cuestión social. El republicano Manuel Pedregal escribía sobre el tema de los salarios y Alejandro San Martín lo hacía sobre el papel de la mujer en el mundo del trabajo. Remataban esta primera página unas lineas redactadas por el novelista Benito Pérez Galdós, una especie de alegato contra la insensibilidad social de la burguesía de tono dickensiano. En las siguientes páginas se reflejaba la crónica del día del trabajo en las principales ciudades de España y el mundo. En Madrid, el mitin central tuvo lugar en el parque del Retiro y la figura destacada fue la de Pablo Iglesias, que denunció la situación de paro de 40.000 proletarios de la ciudad y reivindicó, ya entonces, la jornada de 8 horas.





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