diumenge, 26 de gener del 2014

Heraldo de Madrid llega al Japón

Me ha llegado desde Tokio un cálido mensaje lleno de comentarios agradables sobre el libro de Heraldo de Madrid. Su autor es Hoan Ribera, nombre japonizado del hijo de Juan Sánchez-Rivera, que fuera articulista del periódico desde los años finales de la monarquía de Alfonso XIII hasta mediada la II República.
Afirma Hoan Ribera que ha conocido etapas de la trayectoria de su padre gracias al libro. A todos puede sucedernos algo similar, pero en el caso de los que vivieron aquellas décadas es frecuente encontrar silencios, zonas oscuras en la memoria y el recuerdo que se transmite personalmente.
El caso de Juan Sánchez-Rivera es el de una personalidad del derecho y la política que transitó desde el PSOE hasta el Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux para acabar reclamando el apoyo al golpe de estado militar a los propios partidarios de la República desde las páginas del ABC de Sevilla. Su personalidad ya la glosé en un post anterior que se puede leer un poco más abajo en este blog.
Hoan es jesuita y atiende a los mayores de su comunidad en la residencia que tienen en Tokio. Desde allí lanza la reflexión sobre la inaprensibilidad de la historia, de la falacia de una historia con mayúsculas explicativa de todo el pasado. No puedo estar más de acuerdo. Y recuerdo a Angel Viñas explicando como el historiador es tan solo el portador de una linterna en una enorme zona oscura. Puede iluminar un aspecto u otro, pero siempre desde la consciencia de la enorme oscuridad que todo lo inunda. Lo mismo que nos sucede al practicar el periodismo diario, lleno de zonas oscuras a las que no podemos acceder.
Siempre me quedará la fascinación de saber que el libro ha recorrido miles de kilómetros en las maletas de entrañables recaderos al encuentro de mis cómplices y amigos de Japón, Colombia, México, Argentina, Francia y Alemania, además de los lectores que me hacen llegar sus comentarios desde las distancias más o menos cortas de España. A todos, un fuerte abrazo.

divendres, 3 de gener del 2014

La revista Mongolia compara Heraldo de Madrid con Clarín, de Chile

La revista Mongolia incluye en su primer número de 2014 dos páginas dedicadas a comparar las incautaciones de Heraldo de Madrid y Clarín por las dictaduras de Francisco Franco y Augusto Pinochet.
El artículo contiene interesantes declaraciones de Joan Garcés, el abogado valenciano que fue asesor de Salvador Allende y que es autor de un libro que compara los procesos políticos de ambos países transitando de la dictadura a una democracia controlada por los antiguos poderes.
Aquí destaca la pareja suerte de dos periódicos que fueron baluarte de la II República española y la democracia chilena. Los militares chilenos entraron en la redacción de Clarín antes que en el palacio de la Moneda el día del golpe, el 11 de septiembre de 1973. Lo que recuerda la entrada de un grupo de falangistas en la sede de Heraldo de Madrid el 28 de marzo de 1939. Pistola en mano, esos periodistas falangistas se incautaron del períódico horas antes que las tropas franquistas entraran en la capital española. La diferencia entre ambos casos es que Clarín se encamina a una solución feliz tras la sentencia del Ciadi (dependiente del Banco Mundial) a favor de su propietario, Víctor Pey. En cambio, la Sociedad Editora Universal nunca fue compensada por la incautación de sus cinco periódicos tras el fin de la guerra civil, ahora hace 75 años.
Vale la pena detenerse ante la figura de Víctor Pey, 98 años, catalán republicano exiliado en Chile de ideología anarquista. Ingeniero de formación, fue miembro de la CNT y trabajó en la industria de armamento de Catalunya durante la guerra civil. Entre muchos otros, conoció personalmente a Lluís Companys, el presidente de la Generalitat que sería fusilado por el régimen franquista tras su captura en Francia por la Gestapo. En Francia sovrevivió en un campo de refugiados hasta que llegó a París y se entrevistó con el cónsul chileno, Pablo Neruda, quien le dio pasaje para el Winnipeg, el barco que conduciría a un millar de republicanos hasta Chile. Neruda se convertiría en un amigo íntimo de Pey, que también intimó con Salvador Allende. Compró el diario Clarín, de orientación popular, y lo llevó a las más altas cotas de difusión superando los 200.000 ejemplares en fin de semana. Víctor Pey hablaba a diario con Salvador Allende y el 11 de septiembre de 1973 no fue una excepción. Aquel día, el republicano recibió encargos íntimos de un Allende que veía próximo su fin, pues había decidido morir por su propia mano. Los militares entraron en la sede de Clarín antes que en el palacio de La Moneda, la sede presidencial chilena. Se incautaron de ambos y cuando el poder volvió al pueblo con la democracia, Clarín no volvió a su propietario, que inició un larguísimo periplo judicial en organismos internacionales valiéndose de su condición de español. Entre tanto mantuvo una estrecha amistad con Joan Garcés, también amigo y asesor de Salvador Allende. Ambos constituyeron la Fundación Presidente Allende. Cuando el juez Baltasar Garzón emitió, en 1998, la orden internacional de detención contra Augusto Pinochet, Víctor Pey fue quien informó a Garcés y a través de éste a Garzón del viaje al Reino Unido del ex dictador chileno. La detención de Pinochet en Londres fue el inicio de un via crucis judicial que amargó los últimos años de vida del dictador. Estas vivencias las explica de primera mano Víctor Pey en esta entrevista.



El número de enero de la revista Mongolia puede encontrarse en los quioscos durante los próximos días a un precio de 3€.